¿Nueva Configuración Ideológica en EE.UU? Ex demócratas se unen a la campaña de Trump
Tulsi Gabbard y Robert F. Kennedy Jr. han sido figuras destacadas y aspirantes a candidatos presidenciales por el Partido Demócrata, ahora se han alejado de este para apoyar al ex presidente Donald Trump


Tulsi Gabbard y Robert F. Kennedy Jr. apoyan públicamente a Donald Trump
Tulsi Gabbard y Robert F. Kennedy Jr. han sido figuras destacadas y aspirantes a candidatos presidenciales por el Partido Demócrata, ahora se han alejado de este para apoyar al ex presidente Donald Trump argumentando que el Partido Demócrata está atrapado por una élite que impide la inclusión de candidatos con visiones alternativas y fuera del establishment.
Gabbard comenzó su carrera política como la primera mujer de Samoa estadounidense y la primera practicante hindú elegida para el Congreso. Su servicio en la Guardia Nacional de Hawái y sus despliegues en Irak y Kuwait han influenciado profundamente su visión del mundo. En el Congreso, Gabbard se enfocó en la política exterior y la seguridad nacional, abogando por una política exterior no intervencionista, y criticando duramente el cambio de régimen y las guerras perpetuas. Su campaña presidencial de 2020 reflejó esta postura, pero su resistencia a las estrategias de la élite del Partido Demócrata la dejó marginada.
"Ya no puedo seguir en el Partido Demócrata actual. Ahora está bajo el control total de una camarilla elitista de belicistas impulsados por una conciencia cobarde, que nos divide racializando cada tema y fomentando el racismo antiblanco, que trabaja activamente para socavar nuestras libertades dadas por Dios y consagradas en nuestra Constitución”Tulsi Gabbard
Por su parte, Robert F. Kennedy Jr., un defensor ambiental de larga data e hijo del senador Robert F. Kennedy, ha llevado adelante el legado de su familia en el activismo social. Su enfoque principal ha sido la protección del medio ambiente a través de su trabajo con el Consejo de Defensa de Recursos Naturales (NRDC) y otros esfuerzos privados. Además, Kennedy ha sido abierto y controversial acerca de sus opiniones sobre asuntos de salud pública, en particular, respecto a las vacunas y la pandemia de COVID-19, lo cual lo ha colocado frecuentemente en desacuerdo con la narrativa principal del Partido Demócrata.
Tanto Tulsi Gabbard como Robert F. Kennedy Jr. han emitido críticas sustanciales hacia el Partido Demócrata, destacando un control percibido por élites que marginaliza voces reformistas y disidentes. Gabbard ha expresado su frustración con lo que ella considera una falta de apertura y pluralismo en el seno del partido. De manera similar, Kennedy ha sido vocal sobre lo que percibe como una concentración de poder dentro del Partido Demócrata que sofoca el debate y la innovación política. Estas críticas han resonado en una base de votantes que siente que su representación dentro del partido está disminuyendo.
Tanto Kennedy -quien se bajó de la carrera presidencial- como Gabbard han apoyado públicamente a Trump y se presume que serían parte de la nueva administración. Esta colaboración también indica un intento de resonar con una parte del electorado que se siente igualmente desilusionada con el establishment político y refleja una oportunidad para captar votantes que están descontentos con las opciones tradicionales, redefiniendo así el paisaje político de Estados Unidos.
Nuevas definiciones
Trump no es un político tradicional del Partido Republicano recordando que hasta 2011 estaba registrado en el Partido Demócrata, y que su política comercial favorable a los sindicatos es una postura tradicionalmente asociada con el Partido Demócrata. Esta perspectiva pro-sindical de Trump promete fortalecer las industrias y proteger los empleos, una medida que podría atraer a votantes de clase trabajadora que históricamente han apoyado las propuestas económicas demócratas. Además, está comenzando a adoptar ideas que giran en torno a la reforma farmacéutica y la transparencia gubernamental, ambos temas defendidos por Gabbard y Kennedy.
En el panorama político estadounidense, la campaña presidencial de Donald Trump ha sido testigo de una notable reconfiguración ideológica, evidenciada por el apoyo de figuras influyentes como Elon Musk, quien históricamente había mostrado afinidad por el Partido Demócrata. Este cambio de alineación de Musk ha suscitado extensos debates y análisis dentro de la esfera política y pública que muestra que la sociedad estadounidense esta cambiando.
Principalmente, Musk ha criticado lo que percibe como un "meme de odio" que, según él, ha infectado al partido, mencionando que las políticas y retóricas demócratas han tomado un giro hacia la intolerancia y el extremismo en varios aspectos. Además, Musk apunta contra la regulación del sector tecnológico alegando que es perjudicial para la innovación, la promoción del uso de hormonas en niños y adolescentes, y las limitaciones a la libertad de expresión, razón por la que se hizo con la red social de Twitter y transformándola en X para de acuerdo a él, convertirla en un foro público de libertad de expresión.
"La libertad de expresión es la base de una democracia funcional, y Twitter es la plaza pública digital donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad”Elon Musk
La apertura de nuevos mercados también es un tema de resonancia entre los votantes de ambas corrientes políticas. La globalización y la necesidad de competir en una economía internacional robusta obligan a los partidos a reconsiderar sus estrategias económicas. La identidad del partido republicano históricamente es la apertura de nuevos mercados, sin embargo durante su administración Trump puso un freno a la globalización y elevó aranceles.
El partido demócrata que durante la administración Trump criticó esta política proteccionista no revirtió la mayoría de estas medidas durante la administración Biden, lo que deja poco claro como se diferencia de las propuestas de Trump en la práctica, su poca claridad se convierte en un obstáculo para la campaña presidencial de Kamala Harris que no le permite posicionarse de manera efectiva ante el electorado que espera estas respuestas.
Estos cambios están afectando profundamente la ideología y la estructura tradicional del bipartidismo estadounidense. La fluidez de las propuestas y la adaptación a las nuevas demandas del electorado indican que el futuro de la política estadounidense podría ser menos predecible y más competitivo. Algunos analistas sugieren que podríamos estar viendo el inicio de una realineación ideológica, donde antiguos demócratas se sienten atraídos por propuestas republicanas y viceversa. Este movimiento de simpatizantes entre partidos podría desdibujar las líneas que antes parecían inamovibles entre las facciones políticas.
Este fenómeno no únicamente redefine las estrategias electorales, sino que también influye en la manera en que se diseñan y se implementan las políticas públicas. Lo único de lo que tenemos certeza es que el futuro de las políticas públicas en Estados Unidos se esta reconstruyendo.
Comparte en tus redes: